martes, 9 de noviembre de 2010

25.- A fuego limpio

Hoy estuve cerca de ser despojado de la banalidad de mi cuerpo. Bajando del colectivo un chorro enfierrado me saco todo (nb, ipod, mochila, llaves, tarjetas, dinero). Al darme vuelta una chica estaba atrás atónita, y pensé que era porque había visto todo.

Fui a casa a dar de baja todo tipo de tarjetas y celular y cambio de claves de mails.

Al ir a la comisaria la misma chica estaba esperando para hacer la denuncia, a ella también le habían robado hasta la bolsa de las compras, con los pañales y el remedio para el bebé.

Los objetos mucho no me interesan, todo había tenido su ciclo en mí, y aferrarse a cosas materiales solo trae pobreza espiritual, solo extraño mis lentes de contacto, indispensables para mi trabajo.

Ahora entiendo a la gente que se quiere ir del país…