viernes, 12 de febrero de 2010

19.- Otro mal día en una ciudad fría

Bueno hoy fue uno de esos días en que uno se levanta y no quiere saber nada con existir, pero mamá no puede salvarlo a uno del trabajo de todos los días y levantarse de mal humor no es excusa para no ir al trabajo. Fue casi un infierno de nueve horas estar ahí dentro, pero por lo menos no morí ni mate a nadie en el intento.
Supongo que todo se debe a que el calor agobiante volvió en el día de ayer, pero también porque vi otra faceta más de este mundo frío, un carasucia (como le decimos acá en Argentina), se acerco a pedirme monedas, siempre me enternece un poco la situación esa porque la suerte hizo que el este donde está y yo duerma bajo techo.
Luego en la puerta de la iglesia del barrio de Barracas había tres cachorros, de unos pocos días, que ya seguramente estarán muertos... Ver como dos perros se acercaban y los mordían, uno hasta lo agarro con la boca y lo sacudió para luego dejarlo en el piso, seguían vivos, pero seguramente lastimados y quizás con algunos huesos rotos. La gente de la zona no hacía nada, y yo tampoco, medite mucho si hacer algo o mantenerme indiferente, pero no tengo lugar en casa para tener perros, no iba para mi casa y por más que los salvará del momento la noche o el hambre los mataría sin que yo estuviera ahí.
No me extraña la indiferencia humana, pero si el acto de los perros. La verdad como conclusión saque que "yo me siento mejor persona por cortarle las pelotas a mi gato (castrarlo) que el hijoputa que dejo abandonados a esos tres cachorros", la verdad no me extraña que le saquen la piel a los animales tan bruscamente para hacer abrigos de piel, considerando lo que nos hacemos entre seres humanos no me asombra mucho más.
Pero la verdad esta mundo es demasiado frío para vivir en él, yo pienso ¿Con qué derecho traigo a alguien a este mundo sin preguntarle siquiera si quiere venir?, prefiero adoptar a un niño con la idea de darle una segunda oportunidad que traer a alguien más que quizás termina siendo un obrero, no por desmerecer a los obreros, pero, si la hacemos, por lo menos hagamos un licenciado. Obreros hay de sobra, y la verdad siendo parte del mundo de sistemas, por más mal que está Argentina tenemos demasiado trabajo para elegir, "si no me pagan acá lo que quiero cruzo la calle y me lo dan", palabras de más de un desarrollador de software. Ojalá nunca se acabe nuestro nirvana.

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